Hoy tenemos a Bjúgnakrækir o Bjugnakraekir, el Santa favorito del equipo que formamos Islandia24. Pocas veces coincidimos en algo la verdad, pero esta es una de esas raras ocasiones en las que todos estamos totalmente de acuerdo.

Antiguamente, una bjúgu eran unas salchicas muy grandes, sin exagerar, de casi seis veces el tamaño de una salchica para perritos calientes.  Se hacían de carne picada, normalmente de poco precio, salada y ahumada. Por lo general, este embutidotambién podría ser de carne de cordero ahumada, a veces combinado con caballo o cerdo también. Sí, habéis leido bien, caballo. Pero bueno, en una isla como islandia donde los recursos antiguamente eran muy limitados, había que buscar la forma de aprovechar todo lo que la naturaleza nos daba. Las salchichas se solían colgar de las vigas de las casas, en alto, para así mantenerlas fuera del alcance de los gatos, perros y niños.

Aunque Bjúgnakrækir, el ladrón de estas salchichas, tiene avanzada edad. Ahora, eso no es ningún impedimento para conseguir su ansiado botín. Sigue siendo lo suficientemente ágil como para subir fácilmente hasta las vigas más altas. Se cuela a la cocina, salta por la encimera o se agarra a cualquier cosa que le permita llegar hasta su tesoro. Su mayor problema es que las bjúgu son cada vez menos comunes. Ya no es tan tipico ver estos embutidos colgando del techo de las actuales viviendas islandesas. Pero aún así, confiamos en que este ingenioso ser se las apañará sin problema para buscar otro delicioso substituto.

Bjugnakraekir - Santa Islandés (20 de Diciembre)

Entra las diversas posibilidades está algo que hoy en día abunda en los hogares. Como algún delicioso embutido envasado al vacío en el frigorifico o fuera de él. ¿Qué casa actual no dispone de algo así? Cierto es que aún hoy en día se pueden encontrar las bjúgu para Bjugnakraekir en las tiendas y carnicerias. Pero la salchica tipica para los perritos calientes le está robando el puesto a pasos agigantados.

Poco a poco iremos viendo como se adapta todo esto. Y quien sabe, quizás en los proximos años Bjugnakraekir pase a llamarse o ser rebautizado como «El ladrón de los perritos calientes». Ya sabéis, es adaptarse o morir. Y estos chicos llevan demasiados siglos entre nosotros como para desaparecer de la noche a la mañana.

A parte de robar salchichas, no os penséis que la edad de Bjugnakraekir es sinónimo de madurez y saber estar. ¡De eso nada! es más no hace falta tener mucha imaginación para verlo hacer travesuras y locuras una vez se zampa las salchichas. Suponemos que la inmensa alegría que le produce haber alcanzado su anhelado plato hace que se le zafe una tuerca o dos de la cabeza.

Versos sobre este santa:

El noveno fue el Roba Salchichas,
un ladrón furtivo.
Subió a las vigas
y saqueó comida desde allí.
Sentado en una viga transversal
con hollín y humo,
se alimentaba de salchichas
dignas de gente como él.

Muchos dicen que las bjúgu son sólo del gusto de gente un poco «especial». Por ello suponemos que están a la altura de nuestro simpático Bjugnakraekir. Si vienes a Islandia y las ves en algún sitio, debes saber que es un plato contundente y con un sabor a la islandesa.

 

Adrián, Islandia24
Diciembre del 2015