Es complicado escoger la mejor época del año para visitar Islandia, ya que cada estación tiene su encanto. En el mes de julio, Islandia se encuentra en todo su esplendor estival. La mayor parte de los islandeses disfrutan de sus vacaciones en esta época: los colegios cierran, los trámites administrativos se ralentizan y todo el mundo intenta disfrutar al máximo de las benévolas temperaturas que se mantienen normalmente, durante todo el mes.
A pesar de que las lluvias son más frecuentes, julio es el mes más caluroso del año con una temperatura media de 12 grados centígrados. En algunos días increíblemente espléndidos, es posible que suban excepcionalmente hasta los 18-20 grados. Ten presente que, si planeas adentrarte en las Highlands, cualquier condición meteorológica es posible, desde tormentas de nieve, hasta una ola de calor, aunque esta última es muy poco frecuente.
Durante este mes del año, las noches se tornan especiales, ya que el sol nunca llega a ponerse. Podrás contemplar el famoso sol de medianoche, y disfrutar de 24 horas de claridad casi a diario. Puede resultar un poco confuso y a la vez interesante, ¡pero es algo que merece la pena experimentar al menos una vez en la vida!
Durante este mes, el país se encuentra lleno de vida: el ambiente rebosante de actividad, islandeses ociosos disfrutando de sus vacaciones y visitantes explorando todos y cada uno de los rincones de la isla. Festivales, eventos y conciertos abundan en la agenda cultural, y los locales se aseguran de no perderse ni una sola oportunidad de disfrutar bajo el sol, tras el largo invierno que se cierne sobre ellos cada año.
La acampada es también una actividad muy extendida a lo largo de este mes del año, ya que tanto locales como visitantes, intentan pasar la mayor parte del tiempo disfrutando de los rayos de sol. También los animales se vuelven especialmente activos en esta época, con lo que podrás contemplar frailecillos, ballenas y numerosas especies de pájaros que acuden a la isla para la época de cría.
Julio también es el mes más popular en lo que se refiere al turismo, ya que todas las carreteras de las Highlands se encuentran abiertas. Podrás acceder sin problemas a Landmannalaugar, Laki, y Askja, en el norte, utilizando el vehículo adecuado. También puedes optar por unirte a un tour, si quieres hacerlo de forma más relajada. En cuanto al alojamiento, siempre es mejor reservar lo antes posible, ya que las posibilidades se agotan rápidamente.
Los festivales de verano también florecen en cada esquina del país durante este mes. Empezando por los festivales de música: Dirígete al norte si tu interés se centra en la música folk (Siglufjördur); al sur para disfrutar de música barroca en Reykhólt; al suroeste, en Bræðslan, al si buscas música pop; o al este si eres un amante de la música metal, para asistir al festival Eistnaflug. Si buscas algún evento perfecto para toda la familia, os encantará el festival medieval de Gásir. El festival familiar de Hrísey es la oportunidad perfecta para descubrir el encanto de esta pequeña isla del norte, considerada una perla de la naturaleza.
Para aquellos más interesados en el arte, el festival de Seyðisfjörður, LungA Art será una cita que no deberán dejar atrás. Para los más atléticos, probablemente el Golden Circle Challenge o el maratón de la ruta de Laugavegur (53km de carrera) será una alternativa mucho más atractiva.
Johanna, Islandia24
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